te quiero cuando he bebido

y mientras vamos en el U-bahn recuerdo los versos de Schiller y te los recito al oido. tu sin darte cuenta entonas la sinfonia del compositor, mientras mis manos juegan con un pecho tuyo. llegamos a otra parada y suben dos personas en el vagon. me miras sonries y me das un beso apartando disimuladamente mis manos. me rio. te levantas y mueves tus brazos como si fueran una batuta y imitas a tu director. yo rio mas, y rio. llegamos a la siguiente estacion y decides bajarte. yo como no, te sigo y nos metemos en el primer bar abierto. pausa obligada en los lavabos para tomar mas amor del que llevamos en los bolsillos.

seguimos el camino, llegamos a un parque, el sol esta ya alto, debe ser tarde. la ultima parada la hemos hecho en un kiosko, mas cervezas y cigarrillos. amor todavia nos queda, pero pronto va acabarse. la quimica hace efecto y creo que te quiero. me abarazas y me subo a una nube. desde alli miro tu cuerpo, ese cuerpo que pense durante mucho tiempo que era mi casa, pero solo fue una posada de paso. charlatamos y charlatamos. reimos y por un momento me creo que soy feliz. buen viaje llevo. tu no vas de sobras. cuentas y recuentas tus dedos, diciendo que el portero del club se ha quedado el del anillo. ries, ries, ries y tu risa inunda todo el parque de forma que hasta los pajaros la pian. yo dejo de mirarte porque me estoy poniendo. cada vez que te miro noto que mi corazon se me ha caido a la entrepierna y decido tirarme al suelo. tu saltas encima de mi, mientras recitas fragmentos de los Gebrüder Grimm.

lloro, pero digo que es por que se me ha metido arena en los ojos, tu levantas los brazos, y con una musica de fondo, te conviertes en una insecto mas del parque. cierro los ojos fuerte y cuando los abros continuas sin estar.
me levanto y me voy a mi casa que ahora ya no esta en tu cuerpo. dejo de utilizar el plural que usaba para decir yo. me meto las manos en los bolsillos porque ya no tienen ningun pecho con el que jugar, cierro mentalmente mis orejas que ya no escucharan ninguna sinfonia con tu voz, y cierro los ojos para dejar de ver esa esa boca de Dornröschen, o de Froschkönig, o de Schwesterchen und Brüderchen.

llego a casa y delante del espejo miro el poco amor que me quedaba en un bolsillo.
le pregunto porque hace tanto tiempo que nadie me dice que me quiere.